Salvar a nuestra Agassiz


Andy Zagastizábal

Boston Centers for Youth & Families (BCYF) tendrá que decir su palabra en el asunto de los cierres que volvieron a la discusión esta semana.

Ellos tienen parte en el desarrollo de programas en la English High, la Hennigan y la Agassiz, por tener allí centros comunitarios donde se desarrollan muchas actividades que se proyectan a la niñez, juventud, la familia y el vecindario.

“Son centros de activismo”, dice Maga Troncoso invitando permanentemente a las actividades que se desarrollan en esos lugares en un calendario que siempre convoca la participación.

Igual dicen otros dirigentes de agencias que piden que la comunidad no se pierda los eventos que se realizan “porque siempre tienen interés general”.

En el caso educativo, la serie de proyectos de la Superintendente motivaron mucha presencia en la English High, antes y durante las sesiones de un Comité Escolar que fue llamado a votar.

Sucedió el 9 de diciembre cuando el auditórium de la English High School se llenó de padres y maestros que debutaron con estilo de campaña frontal contra las decisiones que podrían venir de cerrar la escuela en un proceso que no estaba contemplado al principio en lo que se conoce como Redesign and Reinvest program que, entre sus justificaciones, menciona problemas de presupuesto y falta de alumnos o exceso de carpetas.

Pero en el caso de la Agassiz hay mucho más que enfrenta a las partes porque se mencionan condiciones discrepantes, sobre resultados, funcionamiento de local y otros temas como las características del edificio y la posibilidad de privatización que se comentó a mediados del año, sin que hasta el momento se haya aclarado.

Sin embargo para los padres con hijos en la Agassiz, la batalla tiene un solo objetivo y es no permitir el cierre que como destaca Wayne Wilson “no se permitirá por ningún motivo, por la importancia que tiene parta la comunidad y las familias, y que en la defensa estoy decidido hasta contratar a un abogado”.

En este marco hay un factor que mencionaron el alcalde, la superintendente Johnson y el jefe de finanzas de las escuelas John McDonough indicando lo que puede ser el factor principal del cierre y es que no habrá dinero por parte del estado para seguir permitiendo el funcionamiento de la escuela.

Pero, ¿qué pasa con que siga funcionando como centro comunitario o se termine por entregarlo a una entidad privada?

Todavía se sigue esperando una respuesta de Daphne Griffin, quien es BCYF Executive Director, y residente de JP.

Mientras tanto los activistas de la Agassiz dicen que “hay muchas posibilidades que se pueden seguir explorando” como destacó también Linda Pérez, una activista que dijo pertenecer a la Zona Este pero que participaba en estos eventos del Comité Escolar porque “la comunidad entera de Boston se debería unir a este esfuerzo (de los de la Agassiz) porque el proceso en la BPS se está desarrollando más como una campaña política que como un esfuerzo por mejorar el proceso educativo”.

¿Qué tan mal está la Agassiz?

“Muy bien dicen los que la defienden destacando “el avance de los alumnos en las pruebas de matemáticas en los llamados MCAS exam, después de un exitoso programa de tutoría. Además, la asistencia ha mejorado y las tardanzas”, como mencionaron una madre de familia y un profesor, También ya no hay problemas con el edificio donde hasta los días de sol se disfrutan por las mejoras que se han hecho y se ha logrado controlar la calidad del aire.

La superintendente, sin embargo, no comparte ese optimismo y menciona que “los esfuerzos de mejorar han empujado a una crisis económica que nos obliga pedir su cierre”.

Además la señora Johnson resaltó como causa adicional que Boston Centers for Youth & Families’ decidió sacar al personal que tenía en el centro comunitario.

“Pero eso sería devastador para la comunidad latina”, menciona finalmente Wilberto Robles, llamando a tomar en cuenta los carteles azules “Save the Agassiz” que están por todas partes pidiendo salvar a la Agassiz, donde el 80 por ciento de la población escolar es latina. Además se da preparación a estudiantes que inmigran y tienen problemas de adaptación o que no estuvieron estudiando por muchos años”.

Voceros de City Year, igualmente mencionan que no se debe terminar el esfuerzo que ya se hace de promover a los estudiantes con el trabajo de voluntarios que sirven como mentores y tutores.

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