Pare, ¡por favor!

Editorial

Ya la temperatura se puso sabrosa, A pesar que el frío sigue sin alejarse definitivamente, ya son más los días de sol y calorcito que nos empujan a salir y disfrutar mejor de la naturaleza. Si todos pudiéramos caminar con tranquilidad, eso sería maravilloso; pero hay un elemento sorpresa que puede malograr todas las ilusiones y convertir aquello en pesadilla.

It is time to remind people to slow down when driving through the city’s neighborhoods. This is the spirit of the campaign that starts on Mon. May 14, promoting public awareness aimed at curbing speeding on Boston Streets. This is OK, but calling for an increase in the fines to punish drivers won’t work. Nor will calling for more signs on the streets or installing radar. A question for Councilor John Tobin: If drivers don’t read “STOP,” how can they read “Please Slow Down Boston” on a red and white sign?

A quien no le ha pasado con un descuidado o una descuidada que no respeta esas señales que están pintadas de rojo y negro y están ubicadas en esquinas donde no hay semáforos y dicen PARE. ¡Perdón!, dicen STOP y según las leyes de tránsito indican que el conductor de un vehículo motorizado debe hacer un alto obligatorio, antes de seguir.

No vamos a señalar esos carteles que se ubican como trampas para capturar incautos y ponerles tickets para engrosar el presupuesto de la ciudad o el trabajo de los jueces en las cortes. NO. Aquí queremos ponernos de parte del concejal que ha conseguido que este lunes se inicie una campaña denominada “Slow down Boston 2007”.

Naturalmente la campaña que promueve el concejal John M. Tobin es para que los automovilistas entiendan la importancia de respetar esas señales, Pero el llamado es para todos porque todos somos peatones y todos somos automovilistas y cambiamos de personalidad dependiendo si estamos caminando o conduciendo,
Volviendo al ejemplo del descuido, vemos de diferente forma en una u otra situación por lo que la campaña nos podría hacer mirar mejor la situación y comprender que deberíamos ser más cuidadosos cuando manejemos por los vecindarios de Boston, especialmente en zonas en que la gente disfruta caminando.

Nos hacemos eco del espíritu de esta campaña que ya fue exitosa el año anterior y esta vez se amplía a toda la ciudad para que podamos disfrutar de las estaciones donde el contacto con la naturaleza se hace necesario.
No estamos de acuerdo con las medidas punitivas que se piden o se exigen. Ya los tiempos de “la letra con sangre entra” pasaron y un distrito muy civilizado como el nuestro no requiere de seguir inundando nuestras calles de más carteles que prohíben esto o aquello o permiten que los parabrisas sean llenados de tickets que nos ponen rojos.

Andy Zagastizábal

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