¿Rejas o cortinas?

Esta semana los concejales de la ciudad devolvieron la polémica nuestros vecindarios de seguir o no viendo a sus bodegas y pequeños negocios con rejas. La discusión no es nueva ni ha terminado porque en algunos sectores representa una de las únicas formas de defenderse de ladrones y asaltantes que en circunstancias de dificultad económica reaparecen y significan no sólo un peligro para los negocios sino para la integridad física de propietarios o administradores.

This week, a plan to require stores to replace metal roll-down security grates with more expensive mesh ones is being discussed. The idea came from City Councilor Robert Consalvo, the same person who proposed replacing concrete sidewalks with rubber ones. But this time he got support from people who said grates “are not welcoming” and “create a very unfriendly business atmosphere” and heard from critics of his proposal who said the steel curtains prevent robberies and drug-dealing, and stop vandals from smashing store windows.

Todos deben haber visto en Dorchester, Mattapan, Roxbury y Jamaica Plain lo feas que son esas rejas. Y seguramente han hecho comentarios no sólo por el aspecto tenebroso de esas piezas de metal entrecruzadas que, más que proteger, impiden el normal curso de las transacciones que nos llevan a esos negocios.

No sólo son horribles sino que dan el peor de los aspectos a una actividad que debería tener más atractivos que impedimentos.

Sin embargo, cuando habla con los propietarios de esos comercios pequeños encontrará la justificación perfecta porque se trata de elementos de defensa contra agresiones que ya han sufrido en diferentes oportunidades.

“No hay otra forma”, me decía un amigo que en un lugar pequeñito había conseguido licencia para mantener un negocio de licores y artículos de bodega que difícilmente pasaban por una ventadita que había abierto en medio de esas rejas.

Y ¿la policía?

“Ese es otro aspecto como la experiencia” señalaba otro indicando que cuando la necesitan no está, y cuando la tienes ya no la necesitas.

Pero, lejos de este comentario anecdótico, el asunto de las rejas está en medio de la polémica porque el concejal Robert Consalvo tenía esta semana presentado su proyecto de cambiar las horribles rejas con cortinas metálicas que “cambiarían todo el aspecto negativo de las rejas en los negocios”.

La propuesta provocó inmediatos comentarios y hasta decisiones de apoyo como la de Carlos Icaza, presidente de Jamaica Plain Business and Professional Association, diciendo que las rejas no eran nada alentadoras para visitar un negocio y creaban una atmósfera inamistosa”.

Los dueños de negocios que tienen esas rejas justificaban su presencia no sólo por la seguridad que creen tener sino por el agregado de impedir otras actividades “de personas que gustan de perder el tiempo en los alrededores de los negocios”, como son los vándalos, los que destruyen la propiedad pintando o escribiendo o simplemente rompiendo los vidrios”.

La polémica está así dividida; pero hay un ingrediente más que preocupa y es el hecho de que si pasa la propuesta sería obligatoria para los negocios de comprar esas cortinas metálicas que tienen precios muy caros.

Lo peor es que serían obligatorias y, según decía un miembro de la asociación de comerciantes de Hyde/Jackson Square “es que no sólo son caros sino que se hacen más caros cuando se pide esas cortinas en tamaños especiales que no son los standards que se ofrecen”.

Andy Zagastizábal

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *