Andy Zagastizábal
La última vez que John Tobin habló con el Gazette tenía ideas extraordinarias. Igualmente habló de su proyecto político en otros medios y hasta se pensó que sería un buen candidato para la alcaldía.
Hoy todo eso se desvanece en medio de un debate que tiene muchas aristas. Antes de su decisión para dejar el City Hall en menos de un mes se tendrá que discutir si un político se puede alejar de un cargo que alcanzó por elecciones antes de tiempo, o si puede cambiar de patrón en medio de un debate que tiene que ver con impuestos y recaudaciones a universidades y centros académicos.
Se tendrá que explicar también cómo queda el compromiso que Tobin asumió con el pueblo; pero el lunes se daba todo eso como obviado porque el mismo alcalde Menino habló maravillas de él y hasta le deseó suerte en su nueva empresa.
“Es un buen momento para ingresar a un nuevo capítulo en mi vida”, dijo Tobin, que a los 40 dejará su cargo de concejal para convertirse en “vice president for city and community affairs at Northeastern”; mejor dicho, vice presidente de asuntos comunitarios y de la ciudad de la Universidad Northeastern.
Mientras se discute la transición para el sillón que representaba en el Distrito 6, que incluye West Roxbury, Jamaica Plain y partes de Mission Hill y Roslindale. Aqui se dieron adelantos que las elecciones de noviembre podrían incluir lo del cargo de concejal, un tema que debe esperar la próxima reunión de los concejales para el próximo miércoles.
En tanto recordaba de su meteórica carrera que empezó en el 2001, con su primera elección, y las posibilidades que se especulaban para el 2013, como candidato a la alcaldía.
“No puede ser que abandone una brillante carrera por un puesto administrativo que, seguro, será de mejor paga”, decían los expertos, a lo que Tobin respondió indicando que no se alejará definitivamente de la política; pero que no podría dejar de lado una oferta como la de Northeastern, que le permitirá estar muy cerca de la comunidad y tener mayor flexibilidad en la tarea de cuidar a la familia y dar mejor atención a sus dos hijos.
Todo se dio en conjunto y aparecieron declaraciones de voceros de la Northeastern señalando que “Tobin trabajará directamente con líderes comunitarios en la construcción de una relación que sea mutuamente beneficiosa para la universidad y la ciudad.
El mismo presidente de la Northeastern, Joseph E. Aoun, dijo que Tobin será pieza clave en el fortalecimiento de las relaciones que tiene la casa de estudios con la ciudad.
No faltaron, sin embargo, las voces de preocupación que indicaron que el pase de Tobin se hacía en un momento crucial donde el debate se orientaba a las contribuciones que instituciones “non-profit” como la Northeastern University tienen que hacer voluntaria o forzadamente a la economía de la ciudad y del estado,
El comentario en ese sentido fue que la universidad se sacó un problema porque Tobin tenía una posición que ser totalmente contraria al interés que podría tener la casa de estudios superiores que tiene su base en Mission Hill.
¿Qué significa esto en números?
Pues nada menos que pagos que se podrían elevar de $30,000 a $3.6 millones en los próximos cinco años, según dicen varios analistas que forman parte de un comité especial que está por recomendar un programa piloto para que las llamadas “nonprofit, tax-exempt institutions” empiecen a pagar un 25 por ciento de los estimados de sus impuestos a la propiedad.
Pero hay un tema fundamental en todo esto que nos hizo notar el Rep. Jeffrey Sánchez, indicando la posibilidad que se abrió para la sucesión “en un distrito tan importante y populoso como el que representaba Tobin” (nuestra versión en inglés ya tenía algunos nombres de posibles candidatos).
Eso significa que en esta semana ya se deben conocer detalle de cómo debe ser la sucesión “porque un cargo como el de Tobin no puede permanecer vacío por mucho tiempo”, señaló en conversación telefónica el concejal Félix Arroyo, quien ya prepara proyecto para llevar adelante el proceso electoral de sucesión de John Tobin.