Mario y Betsaida

Esta es una nota especial por la cantidad de comunicación que nos llovió. Unas tienen que ver con el Nobel anunciado para el escritor peruano Mario Vargas Llosa y las otras por el comentario que hicimos por la situación de Betsaida Gutiérrez. Fueron llamadas telefónicas, conversaciones en la calle o cualquier lugar donde nos encontrábamos con amigos y conocidos o, naturalmente, a través de correos electrónicos.

La andanada nos emocionó y tenemos que agradecer la atención recibida que nos decía por ejemplo “te tienes que sentir orgulloso como todos los peruanos por el reconocimiento que se da a un escritor como Mario, con quien sabemos compartiste un momento de trabajo en la televisión”, como señaló Máximo Torres, desde Milford. Tiene razón, porque laboramos en Panamericana Televisión de Lima, cuando creamos “Buenos Días Perú” y conquistamos el espacio de la mañana y Mario produjo un programa semanal que fue todo un suceso.

Otra comunicación quería que lo critiquemos y llegó vía e-mail de parte del conductor del noticiero del cable Chris Lovet destacando que lamentaba no tener más libros traducidos del escritor que tiene también la nacionalidad española y vive normalmente en NY. Lo que me agradó es que tenía una cita, que es el comienzo de una de las primeras novelas de Mario, aquella que dice “¿Cuándo fue que se jodió el Perú?”, con la que empieza “Conversación en la Catedral”. ¿Se imaginan ustedes traducir esa frase? Parece que en la edición que tiene Chris la dejaron igual. Pero ha quedado abierta la línea para seguir conversando porque Mario tiene otras facetas que no le gustan a la comunidad internacional o a la peruana, donde no le permitieron llegar a presidente.

Hay mucho material para seguir tratando; pero tendremos tiempo porque solamente se hizo el anuncio y viene otra época en la que se cumplirá la entrega del premio que se hace en Noruega en una ceremonia especial que es un acontecimiento universal. Mientras tanto seguirán hablando bien y mal sobre un escritor que acuñó una frase lapidaria “la verdad de las mentiras”.

Pero no quiero cerrar esta nota destacando las disculpas que motivó el uso de la palabra “nursing home”, sobre el lugar donde se encontraba Betsaida. Quise decir centro de cuidados de salud, donde se recuperaba de una afección que la aqueja. Esta semana hablamos con Betsaida y, con esa alegría contagiante que la caracteriza nos dijo que “ya estaba en su casa, que su recuperación avanzaba y que estaba bajo los cuidados de su hija Nancy, que ahora trabaja para una empresa especializada en cuidar a pacientes en su propio hogar. Nos prometió reaparecer el 30.

Andy Zagastizábal

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