Firmas contra cierres


Andy Zagastizábal

“Hay que estar listos con los cambios que impone el presupuesto recortado que tendrán las instituciones que tiene la ciudad al servicio de la comunidad”, dicen activistas como Silvia Vélez que sigue como promotora de “Los Amigos de la Biblioteca”.

Es una de las que mira el curso de los acontecimientos para que no se cumplan los amenazados cierres que han prometido el alcalde Menino y la presidente del grupo director de la Biblioteca Central.

El drama ya tiene varios capítulos siendo el más importante el que ocurrió el martes 9, cuando una furibunda multitud abarrotó las instalaciones de un inmenso auditorio de la Biblioteca Central de Copley Place.

Allí todos querían hablar y hasta interrumpieron al presidente del Concejo de la ciudad con gritos de “¡El pueblo quiere hablar; el pueblo tiene que ser escuchado!”.
Y realmente se hicieron escuchar “amigos de la biblioteca” de todas partes, donde pudimos notar, naturalmente, a muchos residentes de Jamaica Plain que no sólo querían dar apoyo a los que tratan de impedir el cierre de sucursales, sino a los que llegaron con algunas ideas que permitirían salir de la crisis.

Por ejemplo cambian los servicios gratuitos que se daban en los Centros Comunitarios y de la Familia y es mejor preguntar por el costo de tener un carneto de lo que se debe pagar por participar en los diversos programas. Llame por esos precios al Tobin CC: 617-635-5216.

No se sabe por qué la presidenta del BPL Amy Ryan no dio la lista de las sucursales que se cierran y muchos como e concejal John Tobin, comentaron que “sí saben cuáles sucursales cerrarán. ¿Cómo que no saben?”.

La sospecha de Tobin y los demás tiene el argumento de comentarios hechos por el alcalde Menino que en días anteriores comentó que” se tendrían que cerrar por lo menos 8 ó 10 sucursales, con el agregado que en la lista se incluirían Centros Comunitarios “porque las necesidades del próximo presupuestado, así lo exigen”.
Agregado para la discusión fueron los comentarios de la señora Ryan confirmando que “para el cierre de 8 ó 10 sucursales habrían nuevos criterios”, incluyendo en ellos el historial de cada sucursal. Otros argumentos serían la pequeñez y la antigüedad, temas que inmediatamente preocuparon a personas que trabajan en la Connolly, la de Sedgwick y la de Egleston Square que muchos sienten como de Jamaica Plain, pero que en realidad pertenece a Roxbury.

Se habló y se dio sugerencias; pero se dejó también documentos como listas con centenares de firmas “diciendo NO al cierre de nuestras sucursales”.

Dicen que hay otros documentos, uno dirigido al gobernador por el concejal Tobin pidiendo la restauración de fondos que impedirían los cierres, o la del concejal Chuck Turner, que representa a Egleston Square, diciendo a los directivos de la biblioteca que “se opone a los recortes y que la ciudad tiene reservas que se pueden usar en esta oportunidad para salvar a las sucursales”. Otro concejal que ha puesto su palabra escrita es el presidente de los concejales quien a través de su página (MikeRossBoston.com) dice que “en esta situación se tiene que escuchar la voz de la gente y que el plazo para tomar la decisión no debe ser apurado”.

Héctor Robles mencionó que es tiempo que empiecen a decir la verdad porque no se puede mantener a una ciudad tan grande como Boston en ascuas, sin saber cuáles de sus sucursales cerrarán, ni menos cuándo o cómo”.

Voceros de las diferentes sucursales dicen que tienen un documento que se denomina “The JP Branch Petition” que se está llenando de firmas y está disponible para los que se quieran adherir en las diferentes sucursales.

En este marco se recordó que Egleston Square se mantuvo cerrado por un tiempo; pero que el activismo de la comunidad lo reabrió en 1980.

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