O’Malley anuncia: “Ponerse al trabajo ya”


Andy Zagastizábal

Mensaje para la vieja política: “Hay una nueva generación de líderes que están listos a ocupar posiciones en el gobierno y los lugares donde se necesite esa presencia”.

Este es el comentario que prima en la mayor parte de la gente que salió a votar en las elecciones especiales del martes 16, donde Matthew J. O’Malley se elevó para suceder a John Tobin en el cargo de concejal por el distrito 6.

Lo que nos dijo la noche del triunfo en el Milky Way Lounge es lo que espera la gente: “Ponerme a trabajar inmediatamente”.

Le tocará ponerse a trabajar inmediatamente porque tendrá que asumir posición en dos asuntos importantes justo en la primera sesión que asistirá en el City Hall.

Eso será el primero de diciembre, que es miércoles cuando sesionan los concejales. Para esa oportunidad dejaron los integrantes electos del municipio la decisión que deben tomar en el caso de “Chuck” Turner, quien espera sentencia de la acusación de corrupción que lo declaró culpable. Mientras el juez federal que ve el caso se reservó la sentencia para enero, los vientos en el municipio de la ciudad soplaban contra el barbado concejal que vive una ola de frío en el horrible edificio de cemento donde ya el alcalde comentó que Turner “debe renunciar”, igual que adelantaron otros concejales.

Para el 1 de diciembre es que se ha programado la sesión para definir el futuro de Chuck y para ese día igual se espera la conclusión del periodo como presidente del concejo de Michael P. Ross, y los concejales deberán decidir sobre la nueva cabeza en las sesiones del quinto piso.

No será necesario esperar cómo votará el nuevo concejal a quien juramentarán “inmediatamente después de Thanksgiving”, según ya reveló Mike Ross, adelantando el proceso de sucesión que corresponde al cargo que dejó vacante John Tobin. Precisamente en una de sus primeras declaraciones a la prensa O’Malley dijo que “Turner debe renunciar” para no obligar la votación donde “yo votaré para su expulsión”.

En esta edición debe tener los números de cómo fue la votación del martes pasado, cuando no fue la mayoría la que salió a dejar su decisión en los sitios electrónicos; pero, como comentan los analistas, “fue una gran concurrencia” si se considera que fue a votar casi un 20 por ciento de los electores registrados, en un día de “intermitente lluvia y cuando un proceso más grande había ocurrido dos semanas antes”. En este aspecto hay que destacar declaraciones de O’Malley señalando la importancia del compromiso de los votantes de West Roxbury y Jamaica Plain, que respondieron ampliamente a su campaña orientada a la diversidad del distrito.

El ganador de este proceso, con casi el 60 por ciento de la votación, es nativo de Roslindale y tiene experiencia en el City Hall, donde empezó como ayudante a los 16 años. Como se dijo en la campaña, “el caudal que acumuló en recientes años lo lleva con excelentes posibilidades al futuro en la política de Boston”, como indicó otro analista de los sucesos de la capital de Massachusetts.

Más que notas en su currículum contarán las dos campañas en las que intervino en el 2003 y 2005 y su capacidad de conseguir fondos de campaña cuando las dificultades económicas son realmente insostenibles.

Pero ya está en el cargo y apenas le queda poco tiempo para disfrutar de la familia, de sus cuatro hijos, antes de ponerse a trabajar con la juventud que se está adueñando del City Hall, donde ya tenemos a otro de las canteras de Jamaica Plain como es Félix Guillermo Arroyo, a quienes, seguramente O’Malley perdonará “haber endorsado a Hennigan”.

¿Qué hará en tanto el vendedor de seguros Jim Hennigan? Descansar, primero, y dedicarse a la campaña de recaudación de fondos para el Salvation Army, otra de sus actividades filantrópicas.

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