Editorial: Salir de la crisis

Después del saludo, la pregunta inmediata que se hace es ¿estás trabajando? Es la señal más clara de una situación de crisis que se está manifestando en dos puntos claves: La vivienda y el trabajo. Ya sabemos que los problemas de los llamados “Foreclosure” no se comen-tan y por ello el del trabajo es la pregunta obligada.
Otra pregunta que no se hace es si nuestros estudiantes de economía están pre-parados para hacer algún ensayo de solución. Un viejo profesor de la Northeastern nos dijo que de esa cantera no se puede esperar mucho porque ahora en su etapa de preparación leen libros de economistas pasados de moda y, cuando estén listos, tendrán que pasar una etapa de maduración y seguir estudiando a los que posiblemente salven la situación.

A year before the actual economical crisis we are in now occurred, the billionaire Wilbur Ross argued that the psychological impact of the crisis will only get worse. But is there a solution? Yes and no. Yes, if the suggestions come from people with new expertise and not ex-perience from WWII or previous depressions… And what about the Internet and business?

El asunto es que la crisis no debió habernos sorprendido y de eso podemos encontrar muchos culpables que están tratando de solucionar el problema con parchecitos, en vez de atacar el mal que origina la herida. Hace un año ya teníamos el diagnóstico; pero se esperó hasta la peor caída de la bolsa para aceptarlo. De que es real nos damos cuenta cada día y ya no creemos en los economistas y analistas que nos engañaban diciendo que la situación era pasajera o que las cosas mejorarían rápido
Ya sabemos cómo fracasó la primera de las soluciones y hace poco vimos el fracaso de otra de las genialidades para regalar dinero a los que precisamente originaron parte de la crisis.

No es necesario buscar mucho para decir a quién afecta más: Prácticamente todos en Estados Unidos, jóvenes o viejos, ricos o pobres,. Pero de acuerdo a estudios de varias instituciones, el problema ha afectado de una manera desproporcionada a los hispanos, que conforman el 14 por ciento de la fuerza laboral en el país.

En el primer trimestre del 2008 el nivel de desempleo para los inmigrantes latinos fue del 7.5 por ciento, mayormente por la depresión en la industria de construcción en la que unos 250,000 latinos perdieron sus trabajos. Otros estudios dicen que durante una crisis económica los primeros trabajos en perderse son aquellos que ocupan inmigrantes con pocas habilidades como en la industria de servicio, de hotelería, en restaurantes y fabricas.

Ya estamos viendo el efecto que antiguamente se daba con la siguiente frase: “Un estornudo en Estados Unidos es un resfríen nuestros países”. Eso porque al no tener trabajo o el ganar menos dinero a los inmigrantes se les hace difícil cumplir con sus gastos, incluyendo el alto costo de alimentos y gasolina y ya no pueden mandar el dinero que enviaban a sus países. El asunto de las remesas ha movilizado a nuestros políticos en países como el Perú donde ya están enviando encuestas a los que salieron para conocer detalles de la crisis.

Pero hay solución? Si tiene que haber porque un billionario como Wilbur Ross que primero se debe superar el impacto psicológico y luego ar-reglar nuestra situación para no seguir exportando las dificultades haciendo más complicada la crisis.

Andy Zagastizábal

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