Jornada inmigrante habrá este domingo con parada


ANDY ZAGASTIZÁBAL

Alguna vez se escribió la historia de un José y una María que llegaron a un hotel de Back Bay la noche previa a la Navidad. Como aquellos de la historia bíblica, llegaban forzados por una situación parecida a la que María y José, que fueron padres de Jesu-cristo, arribaron a una ciudad que estaba congestionada y donde era inútil buscar una posada.

Los hoteles estaban congestionados y para atender el embarazo de la esposa se re-quería urgente algún lugar como una clínica o un hospital.

No me acuerdo si María alumbró en un portal acompañada de tanto pobre que se refu-gia, a estas alturas del año, buscando algún rinconcito donde pasar el frío de la no-che. Aquellos sí se compadecieron y ayudaron a la pareja como se ayuda a tanto inmi-grante en este Boston que ahora se describe como multicultural.

Acabamos de recordar esta historia con amigos de ¿Oíste? que ahora están en plena organización de una jornada diferente de lo que es la Navidad.

En este diciembre que arranca apenas terminamos de celebrar las fiestas de Acción de Gracias mientras unos promueven el consumo que ahora debe ser más difícil en una tem-porada de crisis económica, la invitación viene a ser como una llamada de atención porque se trata de unirnos para la segunda actividad anual de “Las Posadas”, “conmemo-rando la jornada inmigrante de María y José” como señala Giovanna Negreti en sus esquelas de invitación.

Todos los que nos anuncian este tipo de actividades nos dicen “que será original y alegre”; pero esta puertorriqueña, dedicada a promover la actividad política entre los latinos, no piensa sólo en la fiesta de los arbolitos, los regalos y tanto ¡Jo!, ¡Jo!, ¡Jo! de disfrazados panzones vestidos de rojo y falsa barba, sino en algo difer-ente como una marcha que podría ser la llamada de atención para un caso que afecta a las comunidades inmigrantes.

María Álamo, la otra puertorriqueña a bordo de ¿Oíste? dice que hay que unirnos a lo que debe ser una “gigantesca parada de espíritus cargados de fe”.

Lo que será una actividad de amistad, música y comida de nuestros países deberá ocurrir como una procesión la tarde de este domingo 7, a partir de las 3 de la tarde empezando desde la estación de Park Street, muy cerca del State House. Desde allí se caminará hacia un local sindical ubicado en el número 26 de West Street, donde todos los que lleguen disfrutarán de una gran fiesta hasta las 6 de la tarde,

No vale, por supuesto, llegar directamente al local donde están las oficinas del SEIU-615 en el tercer piso del 26 West Street, sino participar de la actividad que podría tener trascendencia en los reclamos de poner en la agenda del primer presidente afroamericano, el tema de la inmigración.

La señora Rosita Ansell aprovecha para decirnos que se hará presente porque “se trata de participar en una experiencia de primera mano de una poderosa tradición que es el mejor ejemplo de lo que significa la inmigración, que es relevante hoy, como lo fue hace más de 2,000 años en tiempos del gobierno de los romanos en territorios que recuerda la Biblia”.

Al reiterar su invitación, Giovanna Negreti insiste que esta será una gran forma para que nuestros comunidades llenas de fe puedan celebrar con dignidad, justicia y unidad una actividad donde se dan los ejemplos que siguen sufriendo los miembros de nuestra sociedad marginalizada.

Muchas organizaciones religiosas participan en los preparativos de este evento, al igual que la Universidad de Brandeis, Centro Presente, la Oficina de Asuntos Comuni-tarios del gobernador Deval Patrick, las coaliciones MIRA Y ROCA, servicios Pastorales de Inmigración y otras agencies de activismo comunitario.

Sólo un caso de tormenta o de pésimo tiempo que se adelante al invierno podría frus-trar la realización de esta parada recordando a los inmigrantes que fueron María y José. (En ese caso todo se cambiaría para el próximo domingo, conforme al programa ya explicado).

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